lunes, 30 de septiembre de 2013

Dalet


En el servicio del hombre a Elokim, la dalet caracteriza "shiflut," "humildad", la conciencia de no poseer nada propio. Junto con la percepción del propio poder de libre albedrío, uno debe ser consciente de que El nos da el poder de llegar al éxito, y de no pensar, Elokim lo prohíba, que los logros y talentos son "mi poder y la fortaleza de mi mano". Toda realización en este mundo, particularmente el cumplimiento de una mitzvá, el cumplimiento de la voluntad de Elokim, depende de la ayuda Divina. Esto es especialmente cierto en la lucha del individuo con su inclinación al mal, tanto cuando se manifiesta como una pasión externa, ofreciendo una obstinada resistencia a aceptar el yugo Divino, como a través de la pereza, apatía y similares. Como enseñan nuestros sabios: "Si no fuera por la ayuda de Elokim, él [hombre] no hubiera sido capaz de vencerla [a la inclinación al mal]". 

 

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